Olga María – Olguita como la conocemos todas – no tuvo una infancia fácil. Nació en la comunidad de El Chaparral de El Sauce, en una familia campesina pobre, la menor de cinco hermanas y hermanos. Sólo aprobó la primaria, pero eso no le ha impedido brillar con luz propia.
Desde niña trabajó en el campo con su familia, sembrando, deshijando, limpiando, cosechando, aporreando y todas las tareas necesarias para la agricultura. Pero la comunidad pronto se le hizo pequeña y convenció a su mamá que la dejara irse a Managua a trabajar de empleada doméstica.
A la primera casa que llegó, no la querían emplear porque era muy pequeña – y lo sigue siendo – y delgadita. No creían que “daría la talla” en la limpieza. Eso la hizo esforzarse aún más para demostrar de lo que era capaz. Incluso logró llegar a ser cocinera, que le daba un mayor status.
Después de un intento de violación por su empleador en otra casa, decidió probar a ser obrera y empezó a trabajar en fábricas textileras como la Tricotextil y la Venus.
Igualmente ahí se destacó y la patronal ponía siempre como ejemplo y medida para las demás, porque era de esas que trabaja sin parar. Hasta que en 1970, estalló la primera huelga de las trabajadoras textiles por mejoras en sus condiciones. No le fue fácil participar porque tenía miedo, pero otras obreras la convencieron. Les cayó la guardia, “las vendió” la dirigencia sindical y trataron de convertir a Olga María en esquirola ofreciéndole mejores puestos si convencía a las otras de desistir, lo que nunca hizo.
Fue parte del Partido de Izquierda Erótica, un grupo de feministas para el cabildeo y la incidencia en las estructuras del Estado y del Partido a favor de los derechos de las mujeres.
Eso le valió el puesto y ser parte de la lista de “indeseables” en la rama textil.
Tendría que volver al trabajo doméstico, pero no por mucho tiempo, pues seguía buscando superarse y nuevos horizontes, hasta que se convirtió en promotora en INPRHU y entró en contacto con doña Santos Buitrago, madre de Julio Buitrago, de igual manera se contactó con Salvador Mayorga, Edgardo García y Carlos Fernando Chamorro que la ganaron para la lucha contra la dictadura, la formación de la Asociación de Trabajadores del Campo (ATC) y la insurrección en Diriamba.
Después del 79, sigue en la ATC a la que representa en el Consejo de Estado. Desde ahí, junto con Rosalba Moreno y CristinaRodríguez fundan la Secretaría de la Mujer, después de investigar sobre la participación y aporte de las mujeres.
Las acompañan feministas como Ana Criquillion y Clara Murguialday.Olga María Espinoza
Impulsa el conocimiento de las mujeres sobre sus cuerpos y su sexualidad, así como el reconocimiento al aporte de las
mujeres. Desde ahí, se levantan reivindicaciones de clase y de género, contribuyendo a fortalecer a la ATC. Pero genera temor en otras dirigencias sindicales por el “mal ejemplo” y las llaman al orden. Era hora de buscar nuevos caminos
y espacios.
Es una de las fundadoras de Puntos de Encuentro y luego, del Comité de Mujeres Rurales en Occidente desde donde continúa promoviendo la participación y el empoderamiento de las mujeres, así como el reconocimiento del aporte de las
mujeres rurales en la economía familiar, social y comunitaria.
Olga María Espinoza, es sin lugar a dudas Constructora del Movimiento de Mujeres
Fuente CISAS