Fue en febrero del 2018 cuandoNelly Marily Roque Ordoñez, de 27 años, tomó la decisión de abandonar España y regresar a Nicaragua, después de una estadía junto a su madre, quien hace 15 años migró para sostenerla económicamente.
Había terminado su carrera como Ingeniera Agrónoma, pero se inclinaba mucho por las causas sociales por lo que prefirió tomar su cámara y dedicarse a la fotografía, un oficio que le apasiona, tanto como la pintura, y que le proveía los recursos para mantenerse económicamente junto a su hija de cuatro años.
“Es una líder por naturaleza”, dice su tía y madre de crianza, Gloria Ordoñez, quien recuerda que a su regresó, de España, se integró a los movimientos sociales en Matagalpa e incluso acompañó la marcha en conmemoración del Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo.
Mientras en abril, se organizó con varios amigos para demandar al gobierno una repuesta al incendio localizado en la Reserva Indio Maíz; por lo que para nadie fue una sombro que cinco días después de extinto el fuego, ella formara parte del grupo de jóvenes que se oponían a las reformas del Seguro Social.
“Recuerdo que cuando era niña siempre buscaba como ayudar a los niños que veía en la calle. Y en la casa siempre hemos hablado de los derechos humanos y la solidaridad, además somos campesinos y nunca hemos olvidado ese origen”, dice Gloria como buscando entre los recuerdos el origen de la conciencia social de su sobrina.
Procesada por crimen organizado
Gloria, estaba en casa, cuando el 26 de junio le avisaron que su hija de crianza había sido secuestrada por un grupo de 15 paramilitares encapuchados y financiados por el gobierno de Daniel Ortega. Minutos más tarde pudo comprobarlo al ver los videos y las fotografías en las redes sociales.
Ahí estaba Nelly, junto a cuatro de sus compañeros del Movimiento 19 de Abril de Matagalpa. Horas antes Gloria había platicado con su sobrina, quien le había comentado que pensaba retirarse de los tranques, pero que tenían que decidirlo en grupo, pues no pensaba dejar solos a sus compañeros.
Diez días pasó en El Chipote Nelly hasta que fue presentada como coautora de los delitos: robo agravado en la modalidad de intimidación, secuestro extorsivo, portación y tenencia ilegal de armas de fuego, así como crimen organizado.
“Ella me dice cuando la visito que la perdone por haberme metido en toda esta situación, pero yo le digo: “perdóname vos por haberte heredado a esta dictadura. Tengo que agradecerte que has levantado la llama de la lucha por la democracia y haber levantado tu voz”, cuenta.
Gloria asume que en 2006 votó por el sandinismo, aunque con orgullo reconoce y expresa que nunca le inculcó a sus hijos biológico y de crianza el amor por el sandinismo, sino por la patria, amor por el que Nelly hoy se ha convertido en una presa política recluida en el penal La Esperanza desde dónde asegura que “solo los cristales se rajan porque las guerreras luchamos de frente y con dignidad”.