Buenos días señoras comisionadas y comisionados. Mi nombre es Luis Carlos Buob, del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL). En la mesa me acompañan Azahálea Solís y Violeta Delgado del Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM), así como Martha María Blandón y Karen Padilla de IPAS Centroamérica. También se encuentran mis colegas Paola Limón y Alejandra Nuño de CEJIL.
Queremos iniciar agradeciendo a la Ilustre Comisión la concesión de este importante espacio ya que, como es de su conocimiento, la violencia que viven las mujeres y niñas en Nicaragua, es realmente alarmante. Por ello, nuevamente venimos a informar sobre la preocupante afectación de los derechos a la integridad personal, a la salud y a la justicia (entre otros), de niñas y mujeres en Nicaragua, específicamente como consecuencia de la violencia sexual y la situación de trata en que se encuentran cientos de ellas, situaciones que pese a las reiteradas denuncias no han encontrado una justicia adecuada que sirva como una garantía de no repetición de estos hechos deleznables. Sin duda, la impunidad invita a la comisión reiterada de hechos similares.
La existencia de estereotipos de género ha significado una normalización –y la justificación en varios casos- de la persistencia de la violencia hacia las mujeres y niñas, la cual lejos de disminuir, va en aumento. Los embarazos de niñas víctimas de violación sexual menores de 13 años también tienen esa tendencia. Ante ello, autoridades ministeriales y judiciales (en todos los ámbitos y al más alto nivel) no han actuado con celeridad, imparcialidad, exhaustividad y diligencia para identificar, procesar y juzgar adecuada y proporcionalmente a los responsables, ni han brindado una atención efectiva a las víctimas. Y menos aún han brindado una protección especial a las niñas a la que están obligadas las autoridades en base a las leyes internas y a los tratados que protegen los derechos de la infancia.
Hoy por hoy, en no existen políticas eficaces para prevenir, investigar, sancionar y reparar todo acto de violencia hacia las mujeres. La tolerancia con que actúan las autoridades, la falta de una protección efectiva al culpar a las víctimas de lo que les sucede y la recurrencia en el uso fórmulas jurídicas inadecuadas para liberar a los agresores, es una realidad en este país Centroamericano.
Al respecto, esta Ilustre Comisión en su informe sobre acceso a la justicia para mujeres víctimas de violencia sexual en Mesoamérica observó que “la mujer víctima de violencia sexual que después de superar sus propias circunstancias, decide denunciar la violencia sufrida, debe enfrentar un sistema impregnado de estereotipos y prejuicios que la culpabilizan y la discriminan; siendo la respuesta judicial sesgada.” Esta cita no es azarosa ya que refleja la situación que se vive diariamente en Nicaragua.
En ese sentido, en esta audiencia Azahálea Solís hablará sobre la violencia en contra de las mujeres; a su vez, Martha María Blandón se referirá a la situación especial de violencia contra niñas; y Violeta Delgado comentará sobre la incipiente problemática de la trata, y finalmente terminará con una puntual solicitud a la Ilustre Comisión Interamericana.
Sin más, le cedo el uso de la palabra a Azahálea Solís.
Ver intervecnion completa en documento adjunto.